Los versos de Gonzalo de Berceo nos siguen ofreciendo esa fluidez de un vaso de buen vino, con su decir voluntariamente comunicativo y una ebriedad latente que acompaña a las revelaciones que aparecen tras cortinas de bruma. De alguna manera, Gonzalo de Berceo se va imponiendo a otras oscuridades del lenguaje para ofrecernos unas composiciones que se leen y se escuchan de frente, en un nuevo tono coloquial que atrapa la atención y logra situar, en el mapa del fervor religioso y de la comunicación literaria del siglo XIII, al monasterio de San Millán de la Cogolla. Lo hace a través de sus obras, ya sean hagiográficas, doctrinales o marianas, compuestas en cuaderna vía. Gonzalo de Berceo es un escritor comprometido con un lugar y un entorno al que debe su infancia, su educación y su fe: el monasterio de San Millán de la Cogolla, cuyo esplendor ya ha comenzado a diluirse, como una sombra del pasado, durante el tiempo en el que escribe, mientras nuestro mayor representante del mester de clerecía se propone rescatarlo del olvido.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo
31/03/2023
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