Nada, de Carmen Laforet

Más allá del descubrimiento de una gran joven autora, Nada es considerada una de las novelas fundamentales del siglo veinte español. Se enmarca en la pobreza y en ese enlodamiento moral de la pequeña burguesía que ha sido arrasada en los primeros años de posguerra. La opresión vital es asfixiante: vivimos con Andrea en ese piso ya venido a menos de la calle Aribau que nos angosta la respiración, y nos hace vivir ese ahogamiento que incluso una mujer vital y joven llega a asimilar como una podredumbre del espíritu. La novela, emblema del realismo social, con un lenguaje claro y contundente, será un extraordinario éxito de crítica: además de recibir el Premio Nadal de 1944, obtendrá también el Premio Fastenrath de la Real Academia Española. Es una Barcelona en blanco y negro, hambrienta y temerosa, degradada en el ánimo, en la primera y deslumbrante obra de una joven novelista de 24 años, Carmen Laforet, que ha sido llamada para ocupar, por sí misma, el campo literario. Sin embargo, el vacío vital también le espera fuera de la novela, en un tiempo cortante para una mujer joven que reclama su propia identidad de escritora, que cuenta su vivencia en primera persona y se rebela contra el cerco social. Con Nada ganará el Premio Nadal, y Carmen Laforet nombrará para siempre su propia edad de oro, ante la desolación de existir.