¿Quién conoce el secreto de Florencia Pinar? ¿Qué ojos guardarán su imagen recitando sus composiciones, qué oídos retendrán el sonido flotante de su voz, una de las pocas mujeres que aparece, junto a setecientos hombres, en los cancioneros castellanos de la Alta Edad Media? La imagino con paso misterioso en la bruma, bajando del caballo que ahora ralentiza su carrera en el séquito de Isabel I de Castilla. Acaba de acudir a unas justas poéticas; pero no como mera espectadora, sino como poeta que escribe y que declama sus canciones sin la necesidad de recurrir al repertorio místico. Estamos ante una mujer de paso cadencioso y porte esbelto, grácil y decidida al cabalgar y también al domar el sentido y el ritmo de las letras. Nos mira todavía con esa calidez de sus ojos castaños cuando tratamos de adivinar su enigma, porque Florencia Pinar es una mujer de la que no sabemos mucho, porque mantiene esa niebla suspendida en sus composiciones. No importa: le han sobrevivido siete de sus canciones, que hoy nos han traído una tonalidad aletargada en el tiempo, ese timbre del alma susurrante que aún respira su baile de palabras.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
Canciones, de Florencia Pinar
29/03/2024
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