Con La Diana o Los siete libros de la Diana, que se salva, por poco, del juicio abrasador del donoso escrutinio del cura y el barbero en Don Quijote, se inaugura la novela pastoril en España. Estamos en 1559, y no hay ninguna razón para pensar que esta narración en prosa y verso de Jorge de Montemayor, impresa en Valencia y después en Milán, se convertirá en un éxito internacional del momento: porque, muy pronto, se traducirá al inglés, al francés y al alemán. Pero, además, algo comienza aquí, con su piedra de magma para la literatura en español del siglo XVI: el relato fantástico de asombro en el que los desenlaces del amor se superponen en tramas paralelas entre el milagro y la imaginación, con sabios que son magos tenebrosos o hacedores perpetuos de matices arcanos, ninfas que nos inflaman la visión con su sensualidad grecolatina, bucólica y descalza en bosques erizados por hechizos sedosos, y también gigantes que aparecen, con su literatura, recordando que el peso de sus pasos siempre es más contundente, y más ligero, que ese asentamiento del molino en la tierra. Bienvenidos al mundo fabuloso de Jorge de Montemayor, antesala de otros territorios del romance al mito, con su hoguera encendida en esa larga noche del realismo castellano.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
La Diana, de Jorge de Montemayor
19/01/2024
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