Novelas, de María de Zayas

Más allá de la luz crepuscular de Santa Teresa de Jesús, desgastando caminos con pasos de silencio y misticismo, con ese viento inhóspito en los ojos y la revelación descalza de la fe, la escritora más reconocida y popular entre los siglos XVI y XVII es María de Zayas. Por eso mucho después, en el siglo XIX, Emilia Pardo Bazán, otra giganta de nuestra literatura, la incluirá en su colección Biblioteca de la Mujer, dirigida y costeada por ella. Son muchas las investigadoras que se han ido afanando en redescubrirla -o descubrirla- a través de sus textos, porque quedan lagunas en su biografía, cuya niebla se debe despejar. Porque, a pesar de los esfuerzos de investigación en torno a su figura, sobre todo desde los años 90 del siglo XX y en el XXI, queda mucha vida por desentrañar cuando se trata de María de Zayas, una escritora que fue reconocida por los más importantes autores de su época, como Lope de Vega. Es una de las grandes precursoras en España de la novela corta, como nos muestra en dos compilaciones de este género: Novelas amorosas y ejemplares, en 1637, y Parte segunda del sarao y entretenimiento honesto, popularmente conocida como Desengaños amorosos, en 1647. Como tantos autores del Siglo de Oro, y también los siguientes, probará fortuna en el teatro: su obra se titula La traición de la amistad. Y, como tantos otros en el Siglo de Oro, firmará muchos poemas. Es una mujer adelantada moralmente a su época, que sabe defender sus derechos, y es también una escritora total.