Hoy nos adentraremos en el oleaje que llega mansamente hasta la orilla, con anhelo de luz y libertad allá en el horizonte, con su cresta de olas, donde se pierden todas las visiones y se esbozan los sueños. Porque cuando Rafael Alberti escribe los poemas de Marinero en tierra, está configurando el primero de sus paraísos perdidos. Después vendrán muchos otros, bastante más terribles, a través de una vida de tránsito y renuncia: no sólo la propia juventud y ese lamento por el tiempo que se le escapa, entre los dedos, como las huellas que también se borran con ese pasar lento y cadencioso de las olas al tocar la arena de la playa, sino España y la ilusión que vivió con la República, una edad abolida y la realidad de un país al que regresará, sí, mucho más tarde, cuando él también sea otro. Como escribirá en sus memorias, La arboleda perdida, Marinero en tierra expresa “la creciente melancolía del muchacho de mar anclado en tierra”. La experiencia de la guerra y del exilio ahondará en esa melancolía. Ese oleaje que se pierde, más adelante, simbolizará también su patria, con la libertad tendida sobre el mar.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
Marinero en tierra, de Rafael Alberti
21/04/2023
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