La distinción de su arquitectura georgiana de color miel, unida a las propiedades terapéuticas de las aguas calientes de sus manantiales, convirtieron a Bath en un imán para las clases altas británicas desde finales del siglo XVII. En compañía de la consultora lingüística batoniana Morwenna Fellows, buscamos algunos hitos que justifican la inclusión de esta población del condado de Somerset en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Paseamos desde las lujosas viviendas adosadas del Royal Crescent hasta los baños romanos, pasando por la plaza The Circus, las prestigiosas salas de The Assembly Rooms y Pulteney Bridge, uno de los pocos puentes habitados del mundo. También hacemos parada en el pequeño museo dedicado a Jane Austen, donde las guías oficiales Alison García Levy y Olga Ruiz nos proponen seguir los pasos biográficos y literarios de la escritora por esta ciudad que fue su hogar a comienzos del siglo XIX. También es un excelente plató natural para infinidad de películas y series como 'Los Bridgerton'. Nuestra visita incluye la imprescindible Bath Abbey, que describimos con la ayuda de dos residentes: la periodista Felisa G. Ferraz y el profesor universitario Juan Ferrero. Antes de salir a buscar impresionantes espacios verdes dentro y fuera del término municipal, la guía Olga Juristo nos da varias ideas para disfrutar de estas aguas que brotan de las entrañas de la tierra a 46 grados desde hace milenios. Al final de nuestro viaje comprendemos por qué Bath es uno de los destinos más apreciados del Reino Unido.
Nómadas
Bath, baño con historia y clase
18/01/2025
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