La capital del estado de Guanajuato transmite alegría. Las fachadas que flanquean sus tres mil callejones –angostos y retorcidos pasadizos que se ciñen a la orografía del terreno– lucen vibrantes colores. Paseamos por calles y plazas descubriendo templos, teatros y rincones curiosos en compañía de la guanajuatense Adriana Sánchez, que también nos muestra una imagen de conjunto de la urbe desde el elevado mirador del monumento al Pípila, héroe de la guerra de independencia mexicana en la toma de la alhóndiga de Granaditas. Guanajuato era un importante centro económico en tiempos del virreinato de Nueva España debido a sus minas de oro y plata. Todavía hoy se pueden visitar algunas de aquellas históricas explotaciones, como la mina de la Valenciana. La maestría en la perforación de galerías propició la construcción de pasadizos e incluso una calle subterránea en la ciudad, un peculiar urbanismo que conocemos con Jorge Luis Cabrejos, de la secretaría de turismo del estado. Además Juan Manuel Rendón, director de promoción turística de la oficina de convenciones de Guanajuato, nos muestra el insólito museo de momias de la ciudad.
Nómadas
Guanajuato, laberinto de colores
04/08/2019
27:07