Su gestión de la crisis del coronavirus está siendo modélica. Fue clave la reacción temprana: en cuanto China dio a conocer los primeros casos de Wuhan, Taiwán suspendió los vuelos directos. Además, gracias a su enorme desarrollo tecnológico, la isla ha llevado a cabo un eficaz cruce de datos entre el sistema sanitario y el de fronteras, de modo que se han podido localizar y aislar rápidamente los casos importados. En los tres meses que llevan alerta solo han tenido que lamentar cinco muertes vinculadas al COVID-19 y un número de contagios que no llega a los cuatrocientos. La experiencia acumulada en la anterior epidemia del SARS les ha permitido reaccionar con gran rapidez y recursos, ya que este territorio es autosuficiente en la fabricación de mascarillas y otros equipos de protección. Hoy por hoy no ha sido necesario decretar un cierre masivo de centros educativos, empresas o el confinamiento general de la población. Para conocer la situación actual conectamos con el español Daniel Li, el funcionario taiwanés José Yang y la profesora universitaria Luisa Chang; los tres, residentes en el entorno de la capital. Además analizamos la respuesta gubernamental en conversación con el director de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España, José María Liu.
Nómadas
Hacia el final de la cuarentena (IV): Taiwán
11/04/2020
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