Pocas ciudades del mundo concentran tanta historia, arte y espiritualidad. Jerusalén es destino de peregrinación para las tres grandes religiones monoteístas: cristianismo, judaísmo e islam. Ubicada sobre los Montes de Judea, despliega su casco histórico entre las monumentales murallas de Solimán el Magnífico, sultán otomano que también reconstruyó la Cúpula de la Roca en el siglo XVI. La piedra que custodia es el lugar desde donde Mahoma ascendió a los cielos según la tradición musulmana; o donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a Isaac según la judeocristiana. A unos metros se encuentra el Kotel, el muro donde los hebreos rezan y lamentan la destrucción del templo de Salomón. Una tercera roca –la tumba de Cristo en el Gólgota– convierte a la iglesia del Santo Sepulcro en el epicentro del fervor cristiano y punto final del viacrucis que recorre la Vía Dolorosa desde el barrio musulmán. Jerusalén es por todo ello un lugar extraordinariamente complejo y fascinante. Lo recorremos en compañía del guía Igor Balanter; también visitamos las excavaciones arqueológicas que se llevan a cabo en la Ciudad de David con el historiador Oren Sapir; descubrimos con el conservador del Museo de Israel Adolfo Rotiman los misteriosos manuscritos del Mar Muerto; y recordamos el capítulo más funesto de la historia del pueblo judío de la mano del historiador del museo del Holocausto Yad Vashem, Avraham Milgram.