Un conocido dicho local asegura que "mientras Jerusalén reza y Haifa trabaja, en Tel Aviv bailan". Los tópicos son exageraciones, pero suelen contener algo de verdad: esta es, efectivamente, una ciudad que sabe divertirse. Cuenta con un excelente frente de playas, una inabarcable oferta de restaurantes y locales de ocio, noches animadas, bulliciosos mercados, tiendas de diseño, grandes hoteles y un ambiente tolerante hacia la comunidad LGTB. Pero también es un destino para amantes de la arquitectura moderna, con la mayor concentración mundial de edificios de la escuela Bauhaus. Y pese a ser una ciudad muy nueva –aquí fue donde se declaró la independencia del estado de Israel en 1948– contiene siglos de historia en el antiguo puerto de Jaffa. En esta visita a la segunda urbe del país nos acompañan el guía de turismo Igor Balanter y varios habitantes de Tel Aviv, como Lea Zohar y Sarit Assif Barda, blogueras especializadas en gastronomía y moda. Nuestro viaje por la costa mediterránea israelí incluye también paradas en la moshava Bat Shlomo, la industrial y universitaria ciudad de Haifa, la aldea drusa de Daliyat el-Carmel y el puerto templario de Acre.