Wellington, en el más allá

 La capital neozelandesa es una ciudad de 200.000 habitantes a la orilla del estrecho de Cook que integra un agradable y compacto trazado urbano en un entorno natural único. La herencia maorí también ha encontrado acomodo en la cultura de este joven país insular nacido en buena medida de la emigración británica. El museo Te Papa preserva la cultura originaria mientras otras instituciones como el jardín botánico o la reserva Zealandia velan por la conservación de la flora y fauna autóctonas, cuyo símbolo es el patoso y peludo kiwi, un ave no voladora que presta su nombre como gentilicio informal de esta nación isleña en las antípodas de España. Más lejos, imposible.