El tiempo que dura nuestro viaje sonoro es más que suficiente para sucumbir a los encantos de esta ciudad del románico. Más largo fue el cerco que dio pie al refrán: “no se ganó Zamora en una hora” porque, según el romancero, el asedio al que Sancho II de Castilla sometió a su hermana Urraca duró siete meses. Nuestra visita parte del epicentro de aquel mitificado suceso del siglo XI, el castillo de Zamora. Nos acompaña la guía local Cristina García Carballo; con ella descubrimos además la pequeña pero valiosa catedral, su torre románica y el insólito cimborrio bizantino. Por esta y otras zonas buscamos obras de Baltasar Lobo guiados por Chiara Sportoletti, integrante de la asociación de amigos de este reconocido escultor. No podemos pasar por alto el costado fluvial de la capital, sobrevolado por puentes y salpicado de aceñas que han aprovechado la fuerza motriz del Duero desde la Edad Media. El arquitecto y presidente del Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, Marco Antonio Martín Bailón, nos invita a asomarnos al mirador del Troncoso antes de encaminarnos hacia el interesante ensanche urbano del siglo XX, donde el parque de La Marina y el Campus Viriato concentran buena parte de la actividad social y académica de esta “ciudad del alma”, que decía el poeta zamorano Claudio Rodríguez. Y como no se puede comprender su esencia sin conocer su gran acontecimiento anual, contamos con la presidenta de la Junta Pro Semana Santa, Isabel García Prieto, y uno de sus pregoneros, el periodista de RTVE Sergio Martín Herrera. Con él exploramos también la Plaza Mayor, las calles Balborraz y Santa Clara, la plaza de Sagasta y zonas tan sabrosas como Los Lobos. Antes de despedirnos, el naturalista José Alfredo Hernández propone magníficas experiencias de observación de flora y fauna en el término municipal y sus alrededores.
Nómadas
Zamora nos ganó en una hora
15/01/2022
57:09