José Hierro quiso estudiar una carrera de porvenir, pero la Guerra Civil interrumpió estos planes que le llevaron a dedicarse por placer a la poesía. Antes estuvo en la cárcel y tras su salida empezó a publicar en varias revistas.
Admirador de todas las artes, la pintura y la música han sido otras debilidades de un autor que alumbraba sus poemas en cafeterías.
Trabajó en Radio Nacional de España durante muchos años. Ante estos micrófonos habló de cultura, de versos y de la vida que ha plasmado en poemarios como Con las piedras, con el viento o Cuaderno de Nueva York, uno de sus mejores trabajos.
Reivindicativo, Pepe Hierro, como todos le conocían no fue un poeta social al uso, por eso cosechó innumerables premios como el Cervantes en 1998.