“Se baila el hambre y la histeria, el miedo y la codicia, el pánico y el horror. Anita Berber, con el rostro congelado en una máscara llamativa bajo los aterradores mechones de su pelo escarlata, baila el coito”. El escritor Klaus Mann describía así a la reina de la depravación de aquel demoniaco cabaret berlinés de entreguerras. Anita la sacerdotisa del baile desnudo, adicta a drogas y alcohol, bisexual, coleccionista de amantes de todo género y condición. Fue un juguete roto y una magnífica bailarina y coreógrafa. Aunque el público estuviera más atento a sus pechos y su sexo que a su arte. Nos acercamos a la Berber y a sus "Danzas del Vicio, el Horror y el Éxtasis". Morfina, Cocaína, Suicidio, Manicomio.
El símbolo de una era loca y perversa que se atrevió a romper el tabú de todas las convenciones. Vendió lo que aquel Berlín deseaba comprar.. Mercancías desnudas, máxima depravación, extravagancia sexual, paraísos artificiales y degradación. Esa es Anita Berber.