El hambre no es un mal moderno. En estos momentos 1 de cada diez habitantes del planeta es víctima de esta vieja y secular pandemia. Y seguimos sin vacuna contra el hambre.
El hambre no tiene edad, ni sexo, ni color. No entiende de nacionalidades ni fronteras. El hambre no es un virus que vino de lejos. Acecha a la vuelta de la esquina o en la puerta de al lado. El hambre va por barrios y nos vamos hasta el parque de Aluche en Madrid donde continúan las colas del hambre. Al inicio de la pandemia en marzo de 2020, un video se hacía viral, mostraba las colas que se formaban para recoger la comida que repartían en la Asociación de Vecinos de este barrio. El problema lejos de solucionarse se ha agravado para muchos. Convertidos en el Grupo de Apoyo Mutuo del barrio un centenar de voluntarios reparten cada sábado alimentos a varios cientos de familias. Hemos ido al reparto con el carro vacío. Lo hemos llenado con sus historias.