El gran miedo de los supremacistas blancos al rock'n'roll negro no era miedo a gente como Chuck Berry, era miedo a gente como Johnny Otis, el blanco que desafió todas las leyes racistas: se casó en 1941 con una jovencita negra, Phyllis Walker, con quien vivió 70 años, hasta su muerte. Amigo de Malcolm X, ocupó portadas de revistas negras, grabó discos gloriosos que emulaban el poder negro, como el fantástico "Cold shot". Y emuló al gran Bo Diddley en el clásico mayúsculo que acabamos de escuchar, "Willie and the hand jive". Otro grande de la música negra incomprendido y detestado por casi todos fue Nat King Cole, que cimentó su carrera sobre una hermosa canción basada en un cuento folk negro que su padre utilizaba como tema en sus sermones. En el cuento, un gavilán pasea por el cielo a distintos animales, pero cuando tiene hambre se los come para cenar. Un mono que había estado observando el truco del gavilán, se fue a dar un paseo con él; pero antes de que éste se lo pudiera comer, enredó su cola alrededor del cuello del rapaz y lo apretó hasta hasta casi asfixiarle. Cole no tenía entonces un centavo, y "Straighten up and fly right" fue su primer gran éxito.
Píntalo de negro. El soul y sus historias
No compren discos de negros
21/08/2020
06:07