Shirley Bassey, nacida en Gales de padre nigeriano y madre inglesa, debutó en 1956 con una pieza incandescente editada en un single de 78 rpm, titulada "Burn my candle", literalmente "Enciende mi vela". La BBC prohibió la radiodifusión de aquel tema formidable, quizá por lo sugerente del título o porque en la letra de la canción, la vocalista mezclaba alusiones al whisky escocés, al sexo y a una invitación a pecar. Corrían tiempos difíciles, aún lejos de la revolución de costumbres de la década siguiente, y la mojigata sociedad británica no podía tolerar semejantes alardes de libertinaje, no señor. Pero la gran Shirley Bassey pronto sería reconocida universalmente por sus gloriosas interpretaciones de un par de clásicas de la serie Bond, "Diamonds are forever" y "Goldfinger".
Píntalo de negro. El soul y sus historias
Shirley Bassey
15/12/2020
05:20