Ricardo Sanz revolucionó la cocina japonesa; lo hizo desde su visión occidental, castiza para concretar, de la Ribera del Manzanares; por eso es desenfada, provocadora y silenciosa. Lo suyo son los hechos, no las palabras.
La imaginación que desborda en cada plato es solo comparable al dominio de la técnica a la hora de manejar el yanagiba (el cuchillo japonés para cortar el pescado, el sashimi¿).
Y para templar el acero una decena de grandísimas canciones que nos descubrieron el interior de este itamae (maestro de maestros). Como anticipo escrito, dos perlas: empezamos Placeres Mundanos con "Come on my kitchen", de Robert Johnson, y cerramos el programa con la BSO de la película The Hot Spot, donde se unieron dos maestros como John Lee Hooker y Miles Davis.