Hace unos siete mil años, los primeros agricultores del Mediterráneo occidental seleccionaban las tierras más fértiles disponibles, cultivaban variedades de cereales muy parecidas a las actuales y usaban de forma moderada heces de animales domésticos como se hace hoy en día. Estos son algunos de los elementos que caracterizan la expansión de la agricultura durante el Neolítico en Europa occidental, según una investigación del catedrático de biología de la UB, Josep Lluís Araus, que tiene como referente el yacimiento de la Draga. Situado en la orilla oriental del lago de Banyoles, es uno de los asentamientos de agricultores y ganaderos más antiguos del noreste de la península Ibérica y un testimonio extraordinario de las primeras sociedades agricultoras y ganaderas peninsulares. El estudio científico revela que cuando la agricultura apareció en la península Ibérica ya controlaba el cultivo de cereales, lo que sugiere una evolución, a lo largo de su migración por Europa, de los métodos originarios de la cuna de la revolución neolítica en Oriente Medio. En la Draga se cultivaron principalmente especies como el trigo duro, la adormidera y la cebada. En la Draga, las buenas condiciones ambientales favorecieron la práctica de la agricultura cuando esta población neolítica se asentó en la orilla del lago de Banyoles. El estudio isotópico de la madera carbonizada y las semillas de cereales confirma que la disponibilidad de agua en el entorno era mejor que hoy en día y que el robledal y los bosques de ribera donde abundaban los laureles habrían dominado el entorno.
Planeta vivo
La agricultura en el Neolítico
21/08/2024
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