Bruselas se ha pronunciado por primera vez sobre el polémico proyecto de Altri de construir una macrocelulosa en Palas de Rei, en Lugo, un proyecto que ha desatado una guerra en pleno corazón de Galicia. La macrofábrica portuguesa cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia y la oposición frontal de al menos 20 mil vecinos y las organizaciones mediambientales.
Bruselas afirma seguir de cerca el plan de Altri y muestra su preocupación por el embalse que abastecerá la planta por tener un potencial ecológico inferior a bueno. Para su puesta en marcha, Altri reclama hasta 250 millones de euros de dinero público de los fondos europeos Next Generation.
Greenpeace asegura que la fábrica amenaza directamente la exigua Red Natura 2000 gallega. Además del consumo y contaminación del agua, la organización ecologista sostiene que emitirá gases tóxicos, pondrá en peligro los sectores primarios y requerirá que se plante mucho más eucalipto en el norte, empobreciendo la biodiversidad.
Ya hay presentadas más de 23.000 alegaciones en contra de la iniciativa, y más de 20.000 personas acudieron a la primera manifestación de protesta en Palas de Rei (Lugo) en mayo y el 12 de junio, casi 300 embarcaciones se congregaron en la ría de Arousa para expresar su rechazo.
El río Ulla es uno de los espacios naturales que se verían afectados por esta gran fábrica, que pretende usar hasta 46 millones de litros de agua diarios del río Ulla y verter hasta 30 millones de litros de aguas residuales contaminadas cada día a 27 grados de temperatura. Además del gravísimo daño ambiental, perjudicaría el marisqueo, uno de los motores económicos de la zona.
La fábrica de Altri contará con una chimenea de 75 metros de altura que "emitirá sustancias precursoras de la lluvia ácida" según Greenpeace que se erigiría a kilómetro y medio del Camino de Santiago, zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.