La ciencia ya es capaz de descifrar la historia del planeta en el interior de los anillos de los árboles a partir de los cuales ha podido reconstruir la historia de las lluvias de la cordillera Andina de Sudamérica desde el 1700 hasta el 2013, tres siglos. Lo ha hecho gracias a una técnica puntera que rastrea dos isótopos estables de oxígeno, el ‘pesado’ o oxígeno 18 y el ‘ligero’ o oxígeno 16. Éstos dejan una impronta en la madera y su proporción revela cómo ha sido el ciclo de lluvia a lo largo de los años. En esta región, que se extiende por Bolivia, Perú, el norte de Chile y el noroeste de Argentina, el estudio revela que se han vivido desde sequías puntuales hasta periodos de lluvias abundantes.
Los datos se han obtenido a través de cinco árboles centenarios de una especie singular que vive en altitudes de más de 4 mil metros, Polylepis tarapacana. Unos ejemplares que se localizan en el volcán Uturuncu, en Bolivia, y tienen entre 500-700 años. En la investigación, que lidera la Universidad de Columbia, han participado científicos del CREAF. Los registros coinciden con la memoria climática del grosor de los anillos de crecimiento de los árboles, los corales del pacífico tropical y los glaciares del sur de los Andes tropicales. Ésto quiere decir que, cuando se calienta la superficie del mar, puede cambiar el patrón de lluvia en varios lugares. Y es una gran noticia porque la comunidad científica podrá generar reconstrucciones climáticas del pasado mucho más extensas y rigurosas.
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