Hace 26 años de la catástrofe medioambiental de Aznalcóllar, la rotura de la balsa de residuos de la mina que dejó al estuario del Guadalquivir con elevadas concentraciones de metales y metaloides. Lo que tuvo importantes implicaciones para el sector pesquero y agrícola, que junto a científicos y organizaciones ecologistas, se oponen ahora a la reanudación de la actividad minera en la zona. Un nuevo estudio liderado por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha alertado de los efectos de la actividad minera en el cinturón pirítico ibérico, denominación con la que se conoce a una vasta concentración de sulfuros masivos que se extiende a lo largo de gran parte del sur de la península ibérica. Hace 350 millones de años la actividad volcánica que tuvo lugar en esta región dio lugar a ocho depósitos gigantes de sulfuros masivos polimetálicos. El estudio del ICM-CSIC analiza los metales pesados en sedimentos acumulados en el noroeste del mar de Alborán durante los últimos dos siglos. Así, advierte que los niveles de zinc, cobre y plomo aumentaron significativamente a partir de la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con el incremento de las concesiones mineras en el cinturón de pirita del suroeste de la Península Ibérica.
Planeta vivo
No repitamos Aznalcóllar
03/07/2024
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