La contaminación acústica con la que convivimos en las ciudades ya es, según la Organización Mundial de la Salud, la segunda causa de enfermedad ambiental, por detrás de la polución. Además de patologías directamente relacionadas con el oído, como la pérdida de audición o los acúfenos, la exposición continuada a ruidos (más de 70 decibelios) genera enfermedades cardiovasculares, estrés, ansiedad, irritabilidad, trastornos del sueño o dificulta la atención. La renaturalización de las ciudades es la manera de mitigar la propagación del ruido ya que la vegetación lo frena y absorbe. Plantas y arbolado no sólo se deben poner a pie de calle o en parques, sino que también hay que usarlos para "insonorizar" edificios, mediante su colocación en fachadas o cubiertas, e infraestructuras, como carreteras o túneles. De momento 12 mil personas mueren cada año de forma prematura en Europa por la contaminación acústica según la Agencia Europea del Medio Ambiente que cifra en 48.000 los nuevos casos de cardiopatía isquémica. Sólo en España, 5 millones de personas están expuestas a niveles de ruido superiores a los límites establecidos por la OMS y los nuevos casos anuales de cardiopatía isquémica por contaminación acústica ya superan los 1.300. Además, más del 60 % de los escolares españoles sufre algún tipo de dificultad para entender a sus profesores a causa del ruido en su centro educativo, donde el nivel medio de contaminación acústica es de 70 decibelios, equivalente al sonido de una aspiradora o tráfico intenso.
Planeta vivo
El ruido mata
15/05/2024
01:37