Las tumbas de Saint Denis

En 1.793 los revolucionarios franceses se lanzaron a destrozar todos los sepulcros reales, y el gobierno francés decidió tomar las riendas de la profanación de forma oficial. Contrató una cuadrilla de obreros para profanar los enterramientos ordenadamente y amontonar todos los restos en un cementerio. Luis XVIII intentó recolocarlos en las tumbas originales pero era imposible saber a quien pertenecian, a tres de ellos les faltaba la cabeza.