Una de las más grandes escritoras en lengua francesa, Agota Kristof nació en 1935 en un pequeño pueblo húngaro, Cksivànd, al oeste de Budapest. Hija de un profesor y de una instructora en tareas del hogar, Kristof debería al puro azar el haberse convertido en uno de los más famosos, y más traducidos internacionalmente, autores de la literatura en lengua francesa contemporáneos. En el momento de fallecer en 2011, hacía ya tiempo que había dejado de escribir. Su última obra aparecida en 2004, sería su magnífico relato autobiográfico La analfabeta. Tras ella dejaba una obra breve y seca, desesperanzada y nihilista, compuesta por cinco novelas y varias obras de teatro, que marcaría a generaciones enteras de lectores. Su primer libro, El gran cuaderno, traducido a una treintena de lenguas, le proporcionó casi inmediatamente una gran celebridad a nivel mundial. En 1956, a los 21 años, tras la fallida Revolución Húngara, que produjo cerca de 200.000 emigrados, Agota Kristof emprendería la huida de Hungría junto a su hija de cuatro meses y a su marido, cuyas actividades políticas contrarias al régimen comunista pro-ruso, de nuevo en el poder, representaban un peligro evidente, tras la ola brutal de represión que siguió al dramático levantamiento. Entre las pocas cosas que Agota llevaría consigo en su precipitada huida estarían varios diccionarios de alemán. La intención de la pareja entonces era instalarse en Austria. Sin embargo, desde allí, a causa de los numerosos refugiados llegados, sería reenviados a Suiza. Con el tiempo, Kristof se convertiría en una de las más grandes autoras en la nueva lengua adquirida, el francés.
Por las fronteras de Europa
Agota Kristof: la agonía de vivir
28/11/2023
11:03