Nacido en 1913 en Trieste, en tiempos del Imperio Austrohúngaro, y fallecido allí mismo en 2022, Boris Pahor, escritor triestino en lengua eslovena, era hijo de un fotógrafo de la gendarmería y de una cocinera. En 1920, Pahor (“tenía siete años y fue un shock enorme”, como dirá más tarde) presenció en Trieste el incendio de la Casa de la Cultura Eslovena (Narodni dom, o “Casa del Pueblo”), por parte de los fascistas italianos. En aquellos años en los que los Camisas Negras fascistas campaban a sus anchas, con todo italianizado (incluso las lápidas en los cementerios), se les negaba a los eslovenos su lengua y nacionalidad, anunciando con aquella ferocidad racista anti-eslovena los horrores del más salvaje antisemitismo que no tardaría en llegar. Con un reconocimiento tardío, cuando ya tenía ochenta años, y una longevidad excepcional (moriría a los 108 años) entre sus novelas más importantes estaría en primer lugar su magnífica obra autobiográfica o, si se prefiere, su personal “viaje al final de la noche concentracionaria”, Necrópolis (de 1967) traducida a una gran cantidad de lenguas, y considerada una de las obras maestras sobre los campos nazis. Posteriormente publicó, entre otras, Primavera difícil (de 1995) y Cuando Ulises regrese a Trieste (de 2013).
Por las fronteras de Europa
Boris Pahor: una necrópolis eslovena
17/10/2023
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