Con un estilo seco, devastador, con frases que cortan la respiración, la narración breve La memoria del aire, de la escritora belga Caroline Lamarche, nacida en Lieja, en 1955, no deja indiferente. Casi se podría decir que no deja prácticamente indemne a nadie que la lea. Aparecida en la editorial Tránsito, esta novela impresionante también quiere dar voz al aire que una víctima, la víctima de una violación, respira como un testigo mudo perdido "en lo más frío del universo".
Además de esa excelente obra, con la que sería dada a conocer en el mercado español su autora, dos buenos libros darían de nuevo cuenta de su enorme altura literaria: El día del perro, que la reveló al público en lengua francesa, en 1996; y un magnífico conjunto de relatos, Estamos en el borde, en los cuales su enorme talento como recreadora de personalidades complejas y de situaciones emocionales marcadas por obsesivas y extrañas fijaciones, vuelve a lucir en todo su sombrío esplendor. Muy implicada, poética y vitalmente, con el mundo animal, una pasión que recorre una parte importante de su obra, Lamarche ganaría el Premio Goncourt del Relato Corto con esta obra. Una obra que convierte en pequeñas joyas cada uno de los nueve cuentos del volumen protagonizados por animales.