«¿Cómo se convierte uno en europeo?», se preguntaba en su pequeño libro o recetario melancólico Cómo ser europeos este holandés errante de nuestros días que es el escritor Cees Nooteboom, nacido en La Haya, en 1933, y autor de obras como La desaparición del Muro, Una canción del ser y la apariencia o El día de todas las almas, propuesto invariablemente, año tras año, para el Premio Nobel de Literatura en lengua neerlandesa. Ante este enigma entre teórico y metafísico, Nooteboom, gran irónico sin fronteras, escritor y viajero impenitente, responde de una forma palmaria, simple: «Siéndolo, cualidad que se adquiere, por ejemplo, naciendo en los Países Bajos». Es decir: «Quienquiera que esté dispuesto, en la persona de sus ancestros, a rechazar el asalto del mar, a secar las tierras, a dejarse gobernar durante la Edad Media por borgoñones, a trocar, ya en el amanecer de los tiempos modernos, ducados y condados por un conjunto de provincias y a federar éstas en una República de los siete Países Bajos unidos; quienquiera que tenga a bien guerrear con España durante ochenta años, colonizar un archipiélago del otro extremo del mundo, defender unos cuantos restos de monopolio librando batallas navales con los ingleses (pueblo que, siglos después, conserva la amargura de cada derrota bajo la forma de expresiones como “double Dutch”, “Dutch uncle” o “going Dutch”); quienquiera que desee, Bátavo resucitado, dejarse enrolar un tiempo por un hermano de Napoleón en un sueño francés de grandeza imperial y, cien años más tarde, ser aniquilado durante cuatro años por ejércitos alemanes, no sin haber persistido, al mismo tiempo, en contar, comer arenque, comerciar, mantener seca su tierra y también, gracias a Dios, en pintar, inventar microscopios y relojes de péndulo, en afinar el derecho marítimo y acoger a europeos de todos los orígenes expulsados de sus respectivos paraísos…».
Por las fronteras de Europa
Cees Nooteboom en su Hotel Nómada
26/09/2023
11:25