Aclamado por todos como el gran escritor de la ex Yugoslavia después de Ivo Andrić, el prematuramente desaparecido Danilo Kiš se convertiría después de todos los desastres que él mismo había predicho en símbolo de la resistencia intelectual y moral contra la intolerancia étnica y nacionalista que asolaría su país años después de su muerte, del que él era uno de sus más insignes exiliados. Nacido en 1935, en una pequeña ciudad fronteriza entre Budapest y Belgrado, Subotica – entonces parte del Reino de Yugoslavia–, uno de esos enclaves que melancólicamente representan lo que Kundera llamó, de forma generalizada y centroeuropea, «zona incierta de pequeñas naciones entre Rusia y Alemania», Kiš era hijo de una madre montenegrina y ortodoxa y de un padre judío y húngaro. A los siete años presenció la matanza de judíos y serbios llevada a cabo por los fascistas húngaros en Novi Sad, Voivodina, donde residía su familia. La recuperación del escritor Danilo Kiš en toda Europa, pero también en Estados Unidos, a través de su gran defensora, Susan Sontag, se convirtió en periódica y constante en los últimos años del siglo XX, tras su fallecimiento en 1989, como una especie de Joyce espléndido y renovador de toda una tradición literaria balcánica. Kiš dejaría una obra de una altura y calidad impresionante, en la que destaca, con una fuerza y una furia apocalíptica y legendaria, la citada Una tumba para Boris Davidovich. Una obra que tomaba como centro narrativo los procesos, depuraciones y crímenes estalinistas. Además de la célebre Enciclopedia de los muertos, otras de sus más conocidas y magníficas obras conformarían la llamada Trilogía Circo Familiar (Penas precoces, Jardín, cenizas y El reloj de arena).
Por las fronteras de Europa
Danilo Kis: una enciclopedia de la infamia
21/05/2024
11:50