Sobre dos orillas antagónicas, el vacío y la plenitud, que muchas veces se viven a la vez, mezcladas, indistinguibles, el estupendo novelista que es Graham Swift (nacido en Londres, en 1949), uno de los mejores narradores británicos de aquella primera y legendaria promoción del 83 de los Granta (la de Amis, Barnes, Rushdie, McEwan), mantiene permanentemente en sus obras un brillante equilibrio con la historia de lo privado, atravesado continuamente por interferencias de lo general. Autor de célebres obras como El país del agua (1983) y Últimos tragos (Booker Prize de 1996), llevadas al cine y protagonizadas, la primera por Jeremy Irons, y la segunda por Michael Caine y Bob Hoskins, además de otra igualmente magnífica, de 2022, Primavera en Beechwood, basada en El Domingo de las Madres, interpretada en la pantalla por Glenda Jackson y Colin Firthen, otras de sus novelas son Fuera de este mundo (de 1988), Desde aquel día (de 1992), Mañana (de 2007) y Ojalá estuvieras aquí (de 2011). Se trata de un autor que consigue reflejar sutilmente en cada uno de sus libros el universo de lo privado marcado misteriosamente por un destino azaroso e histórico que influye en ocasiones en sentenciar definitivamente a individuos y sucesos pendientes, sucesos pendientes de su historia privada de amor, de poder o de lo que sea. O, si se prefiere, ese debate entre vida en libertad y vida en cautiverio; entre vida rebosante de cosas que narrar y vida en el más puro suspenso, en el más puro y oscuro agujero vacío de «realidad».
Por las fronteras de Europa
Graham Swift: Amores que aguardan
25/06/2024
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