Por las fronteras de Europa   Gueorgui Gospodínov: el viajero de los Balcanes 05/11/2024 10:53

En su magnífico ensayo, o gran clásico moderno, El arte de la novela, el escritor checo Milan Kundera definió la novela como “arte ambiguo y profundamente antitotalitario”. Es decir, el mejor antídoto para luchar contra las verdades absolutas, fundándose en la relatividad de las cosas y asuntos humanos. Una premisa, escapar del realismo y linealidad canónica, que parecen cumplir brillantemente, en muy diversas formas, los grandes escritores actuales de la Europa Central: desde el rumano Cartarescu o la espléndida autora croata recientemente desaparecida Dubravka Ugresic, hasta la Premio Nobel polaca Olga Tokarczuk, sobre todo en libros suyos como Los errantes. A ellos hay que añadir el gran talento búlgaro de nuestros días, Gueorgui Gospodínov, reciente Premio Booker Internacional por su excelente y fantásticamente poliédrica obra, Las tempestálidas. Poeta y narrador, Gospodínov (nacido en Yambol, en 1968) debutó en la narrativa con una obra de centro sumamente nómada, como es habitual en él, Novela natural, a la que siguió otra espléndida, galardonada con un gran número de premios internacionales, que jugaba con diversas identidades múltiples, Física de la tristeza, de 2011. Escritor de una imaginación deslumbrante y sumamente cautivadora, que avanza en zigzag, sin ataduras ni servidumbres lineales, Gospodínov construiría con Las tempestálidas una brillantísima obra sin género, que integra todo a la vez. Por un lado, se trata de una novela oscilante desde el principio entre lo puramente fantástico y cápsulas muy concretas de lo real e histórico; un artefacto distópico que alberga la historia y los momentos e hitos más significativos del pasado siglo en Europa.

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