Por las fronteras de Europa   Italo Svevo: Un genio anticipado 10/10/2023 12:57

En 1905, dos meteoritos de la incertidumbre y el malestar europeos, excepcionales renovadores cada uno de la prosa del siglo XX, se encontrarían en un cruce de fronteras no menos excepcional: Trieste. Estos meteoritos no eran otros que Italo Svevo y James Joyce, dos perpetuos exiliados, atados de forma fatal y sin remisión a sus turbulentos y provincianos puntos de origen sobre los que harían gravitar unas obras maestras, a las que trasladarían metáforas universales de inigualable potencia. En esa época, James Joyce, entonces profesor de inglés en la Berlitz School de Trieste, comenzó a impartir lecciones al comerciante acomodado Italo Svevo (nacido en Trieste, en 1861 y fallecido en Motta di Livenza, en 1928), cuyo verdadero nombre era Ettore Schmitz. Svevo, escritor casi clandestino entonces, en el momento de su encuentro con Joyce tan sólo había publicado, a sus expensas, como un vulgar diletante, dos novelas, Una vita (de 1893) y Senilità (de 1898). Unas novelas por las que no sólo sería incomprendido sino en ocasiones incluso virulentamente despreciado. Ya lo expresó su primer defensor y mentor serio, Eugenio Montale, en un artículo de 1926, hablando de «este caso singular», como lo definía: el de «un escritor tan amado por algunos extranjeros e ignorado por completo en su patria». Montale lo decía pocos años después de que James Joyce, el antiguo amigo y cómplice de intercambios y descubrimientos literarios de Svevo, difundiera, desde París, su obra maestra La conciencia de Zeno (de 1923) entre algunos de los principales intelectuales del momento. Ése fue el caso de Valéry Larbaud y otros, que convertirían esta novela, inmediatamente, en un estandarte imprescindible de la modernidad europea.

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