Único Premio Nobel de la historia en lengua serbia, Ivo Andric, escritor y diplomático, fue uno de los más grandes autores del pasado siglo, autor de dos novelas que le darían la fama internacional: Un puente sobre el Drina y Crónica de Travnik.
Nacido de padres católicos en Travnik, capital bosnia drante el periodo otomano, Andric pasó su infancia en Visegrado, en la frontera del Imperio Austrohúngaro y Serbia. Herededor natural de Tolstoi y Balzar, y uno de los más grandes autores del pasado siglo, Andric crecería en medio de un espeso tejido claustrofóbico, indistinguible para los de fuera formado a partes igueles e inextricables por sedimentos históricos, caracteres étnicos, culturales y sentimentales y por las luchas que periódicamente sacudían su querida atormentada tierra natal, poblada por católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos. Bosnia se quedaría para siempre como su mejor observatorio y como una constante y rica inspiración en su calidad de poeta de un espacio lleno de complejidades, de político defensor de la unidad yugoslava y como fino y agudísimo cronista de los múltiples fracasos anunciados, tras ca da una de las sucesivas dominaciones.