El austriaco Stefan Zweig fue el escritor más vendido de su época. También, probablemente, el que más sintió "el funesto sinsentido del suicido europeo", como él mismo manifestaría en numerosas ocasiones.
Pocos escritores como él se verían marcados por las tragedias del pasado siglo en el suelo europeo. Es decir, dos guerras mundiales prácticamente encadenadas, más, en su caso, como judío, la persecución implacable y la masacre de seis millones de judíos de todas las nacionalidades que no pudieron escapar a la trampa mortal en la que se había convertido Europa durante Hitler y el nazismo.
Visionario, pesimista por épocas o por naturaleza, pacifista convencido en las dos guerras mundiales que asolaron su querido continente europeo, Zweig sería el popular autor de unas magníficas memorias póstumas tituladas El mundo de ayer, aparecidas de forma póstuma, llevando el subtítulo de Memorias de un europeo. Pero también sería el autor de novelas muy leídas a lo largo de las épocas como La piedad peligrosa, o Veinticuatro horas en la vida de una mujer, llevada al cine en su día.
Exiliado voluntariamente de su país, Austria, desde 1934, Zweig vivió en Inglaterra unos años, hasta que, junto a su segunda mujer y secretaria, Lotte Altman, fueron declarados "extranjeros enemigos" al entrar ese país en guerra con Alemania. Desde allí, emprendieron el que sería el último y definitivo exilio, en este caso a Brasil, donde se instalarían en la ciudad de Petrópolis, cercana a Río de Janeiro. "Cada vez estoy más seguro de que en todas partes seré un huésped ambulante", le dejó escrito a su primera mujer Friderike, con la que nunca dejó de cartearse, unos días antes de su suicidio, acaecido el 22 de febrero de 1942 en esa misma ciudad brasileña.
En uno de esos milagros que de vez en cuando se producen en el mundo de la edición, y entre los lectores de todo el mundo, Zweig sería recuperado con pasión, y con unas ventas descomunales, en los últimos años, en numerosos países. Lector empedernido, un volumen recientemente aparecido en la editorial Acantilado, con el título de Encuentros con libros, recoge numerosos y espléndidos comentarios literarios, reseñas, prólogos y otros textos dispersos que Stefan Zweig escribió para periódicos y revistas.