"Beatriz Flamini no busca un récord sino que se ha ofrecido como conejillo de indias". La conexión con el mundo de esta madrileña de 50 años, quedó anclada en el 21 de noviembre de 2021 cuando se metió en una cueva, a 70 metros de profundidad, ubicada entre el término municipal de Gualchos y Motril, en Granada. El viernes pasado salió de la cavidad, 500 días después.
Beatriz entró voluntariamente en la cueva y explica que lo volvería a hacer, es más, estos dieciséis meses son un entrenamiento para un futuro proyecto en Mongolia. "Beatriz está volviendo al mundo. Igual que cuando se sube un ochomil. Está intentando tener los biorritmos que ha perdido" nos cuenta en Por tres razones David de Antonio, del proyecto "Timecave" y amigo de Beatriz.
David explica que Beatriz no buscaba ningún récord sino que se ha ofrecido como conejillo de indias para saber cómo puede afectarle estar tanto tiempo aislada y sin luz. Después de unas primeras pruebas médicas realizadas al salir de la cueva, esta deportista de élite se someterá ahora a estudios más complejos que permitirán conocer el impacto de sus días de aislamiento bajo tierra en su salud, con un estudio hormonal, pero también de huesos o vitaminas.