Hoy en Por tres razones viajamos a un pueblo en el que se respiran retazos del pasado y las ganas de colonizar que tenemos los urbanitas lugares perdidos, entre montañas y rutas senderistas. Se respira más que paz. Al llegar, desde Altojar, en Soria, el camino se estrecha. Y esas casas de piedra y la iglesia no faltan. De camino, tres nuevos molinos de viento. No cualquiera es admitido como hijo de esta tierra, hacen falta derechos de al menos muchos años de arraigo... Y, eso sí, si te quedas a vivir y la casa te la construye Floren Casado, te regala la tierra.
No son surrealismos rurales, son las ansias de ser algo más que siete vecinos, pero selectos y buena gente. Todo lo que se gestionan va para el pueblo: por eso esa fuente que te saluda al entrar, antiguo lavadero; y por eso ese pedazo de bar que se han montado para celebraciones varias en el mismo ayuntamiento. Os contamos toda esta historia a través de la escuela, que mantiene intacta la historia de este pueblo de Soria: Bordecorex.