Cuántas veces hemos escuchado de nuestros padres "¡Cuidado que no te echen nada en la bebida!", una frase que, en la mayoría de los casos, hemos pasado por alto y tildado de exageración. Pero la sumisión química existe y es una problema de salud pública que se asocia frecuentemente a agresiones sexuales, también sobre menores. Se detecta en su mayor parte por profesionales sanitarios que atienden los servicios sanitarios de Urgencias de los hospitales. Hay casos cada semana y han pasado de detectar entre 5 ó 6 semestrales a 5 ó 6 mensuales. En el Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid iniciaron este programa en 2014, pero en 2016 han editado una guía en la que, dos años más tarde, se ha fijado la Comunidad de Madrid para elaborar el protocolo de actuación ante sospecha de sumisión química. En Por tres razones nos la cuentan de primera mano sus responsables -redactores de este texto-, Andrés Santiago, médico forense y jefe de servicio de Medicina Legal Hospital Clínico de Madrid, y Teresa Martín Acero, presidenta de la Comisión Contra la Violencia de Género y subdirectora de enfermería.
Los radares de los tres aviones de Salvamento Marítimo no funcionan desde hace meses. ¿Cómo se avistan los posibles naufragios, entonces? A ojo. Desde Fomento, aluden a la utilidad de las otras formas de búsqueda, por mar y tierra, pero desde CGT, sindicato mayoritario de Salvamento Marítimo, aseguran que no hay método más fiable que el aéreo, porque factores como el meteorológico o la distancia restan eficacia a los otros tipos de rastreo. Hablamos con Enric Tarrida, secretario general de CGT Mar y Puertos: "Si llevamos esa tecnología en los aviones, es por algo", y con el director general de la Marina Mercante y presidente de Salvamento Marítimo, dependiente del Ministerio de Fomento, Benito Núñez Quintanilla, quien admite que esta avería "reduce la eficiencia de la búsqueda, pero esta se realiza igual".
De tanto levantar los brazos al pobre Rafiki le han salido unas cuantas contracturas... Presentar en sociedad a Simba, cada día, desde hace ocho temporadas, no es fácil. Nos referimos, claro, al musical El Rey León, que reina la Gran Vía de Madrid desde el año 2011. ¿Sabían que detrás de los escenarios, en cada espectáculo de este tipo, siempre hay preparado un equipo de fisioterapeutas? Para destensar a actores, actrices, bailarines, bailarinas... ¡pero no solo! Por ejemplo, el sastre del musical es uno de los que más se cargan de tanto apretar y aflojar trajes. Nos vamos hasta el teatro Lope de Vega para hablar con la fisioterapeuta Amaia Carcedo, directora del centro de tratamiento entrenamiento y formación 'Cuídate artista', también con Antonio Curros, 'Timón' desde hace tres años y "paciente modélico", según Amaia, y con el coreógrafo residente del teatro, Giovanni Napoli.
