El 20 de julio de 2015 las radios, televisiones, periódicos y agencias de noticias internacionales sabían cuál era la noticia con la que abrir sus ediciones. Aquel día la bandera de Cuba volvió a ondear en su embajada en Washington, 54 años después de la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
La representación del Gobierno cubano corrió a cargo del ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez. Ninguno de los Castro acudió a Washington para escenificar el restablecimiento de relaciones diplomáticas. La isla ya no formaba parte de la lista de patrocinadores del terrorismo, pero todavía faltaba por cumplirse la demanda más importante: el fin del bloqueo económico. Con todo, se habían dado pasos de gigante desde aquel 17 de diciembre de 2014 en que los libros de historia quedaron obsoletos.