En realidad, el soul nunca se fue del todo, por más que, al hablar de Sharon Jones, se le adjudique el papel de profeta de un género renovado con savia fresca en las dos últimas décadas, quizás porque su imagen, su entorno, sus discos, su propia biografía, remiten a los años dorados de la música popular negra, cuando reinaban Aretha Fraklin, Etta James, Irma Thomas, Martha Reeves, Gladys Knight, Diana Ross & The Supremes y demás divas del sello Motown. Nacida el 4 de mayo de 1956 en Augusta, Georgia, la patria chica de James Brown, Jones, además, ha sabido granjearse el fervor de ilustres figuras del rock y el R&B, desde Lou Reed hasta David Byrne o Beyoncé, ha interpretado pequeños papeles en el cine, ha participado en festivales de postín como cabeza de cartel y es la punta de lanza del prestigioso sello independiente neoyorquino Daptone Records. El mes de junio de 2013 se anunciaron la edición de su quinto álbum al frente de The Dap-Kings y la correspondiente gira promocional, pero ambos tuvieron que suspenderse abruptamente al diagnosticársele a la vocalista un cáncer de páncreas, que requirió cirugía y tratamiento médico inmediatos.