Juan Matías Gil, Coordinador General de MSF en Bosnia-Herzegovina, explica los problemas que una estancia tan larga a la intemperie provoca: "Probablemente el tema ocupacional sea uno de los más preocupantes. Estamos hablando de que en Velika Kladuša esta población vive en tiendas en un campo que el municipio ha cedido. Un campo que es muy precario a las afueras del municipio, cuando llueve se inunda y hace las condiciones bastantes lamentables. En canto al municipio de Bihać, gran parte de la gente se queda en un edificio abandonado de cinco pisos sin ventanas ni techo con filtraciones de agua, así que cada vez que llueve la situación se vuelve crítica. De cara al invierno, estos dos lugares no están preparados para soportar las bajas temperaturas que pueden descender de 0 °C".