Febrero ha sido un mes aciago para el Partido Popular. Hoy se celebra la Junta Directiva Nacional del PP con el objetivo doble de cerrar las heridas provocadas por la salida de Casado y sentar las bases del futuro del partido.
Pablo Casado se va a dirigir a muchos de los que las últimas semanas le han dado la espalda y pidieron su dimisión. Casado debe hacer un informe ante el Grupo Parlamentario, que le pidió la cabeza de García Egea, ante el Comité de Dirección, que se partió en dos, y ante barones del partido que clamaban porque cesara su guerra interna con Díaz Ayuso convocando un congreso que taponara la hemorragia. Ese congreso extraordinario se propondrá previamente en el Comité Ejecutivo de hoy y la Junta Directiva lo convoca después. Pretenden celebrarlo en Sevilla, el 2 y 3 de abril, justo antes de la Semana Santa. En esa Junta estarán Núñez Feijóo -quien, aún prudente, se resiste a postularse como el relevo a Casado- y la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
Hoy también se va a activar la cuenta atrás para que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, haga pública su candidatura. Él marca los tiempos y hasta mañana no desvelará si se presenta en firme. Aunque voces del partido tienen dudas de cómo va a compaginar esta transición del partido, el no estar en el Congreso mientras hace dura oposición a Sánchez. En el PP dan por sentado que repescará antiguos valores de confianza de Rajoy como Ana Pastor, González Pons, Fátima Báñez o Javier Arenas, y aún en duda cómo será su desembarco desde la Xunta.
De entrada tendrá una tarea complicada: rehacer un partido casi de cero y que anda tocado en lo emocional. Con congresos polémicos por celebrar, como el de Madrid, y con elecciones andaluzas próximas, lo que será su primera prueba de fuego a medir en resultados. Por delante también, cómo convivir con Vox, tras las idas y venidas de Pablo Casado.
Informa Verónica Muñoz.
