El pueblo japonés reacciona a la emergencia con orden y organización

"Quien se aferra a la vida, muere. Los que desafían a la muerte sobreviven", dice un proverbio nipón. Japón ha sufrido desastres naturales a lo largo de su Historia. El último, el gran terremoto de Kobe en 1996.

Tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki el país levantó cabeza y se convirtió en la segunda potencia mundial. Hasta que llegó el estancamiento económico y demográfico. Y ahora, cuando parecía que se iniciaba la recuperación, sufren el terremoto, el tsunami y una alerta nuclear. La reacción ha sido ejemplar: calma y orden, grupo frente al individuo. Pero eso de que los japoneses no lloran, es falso.