Los años noventa son los años de la profesionalización del arte contemporáneo, la proliferación de nuevos espacios y museos de arte contemporáneo y la multiplicidad de formas de expresión artística. Llegamos al s.XXI y la pintura sigue vigente, con nuevos valores jóvenes como Secundino Hernández, Santiago Giralda, Miren Doitz, Irene Grau o Nico Munuera que conviven con varias generaciones de artistas que siguen en la pintura como Luis Gordillo, Eduardo Arroyo, Soledad Sevilla, Elena Blasco, María Moreno, Santiago Mayo, Prudencio Iriazábal, Jorge Galindo, Abraham Lacalle, etc. Una larga lista de pintores que reflexionan en “Punto de fuga” sobre qué significa hoy, en el mundo global y veloz en el que vivimos, detenerse delante de una imagen quieta y muda que sigue atrapándonos con los elementos técnicos de siempre.
