El ministro de Defensa ucraniano, Olekssi Réznikov, solicitó a su homóloga Margarita Robles que la Armada adiestrara a la Infantería de Marina de su país en procedimientos de desembarcos navales dada la "gran experiencia de España en ese ámbito". Además, Reznikov, que estuvo acompañado en todo momento, en su vista a España, por el Jefe del Estado Mayor de la Armada ucraniana, insistió en la urgencia para su país de recibir buques que limpiaran de minas la costa del Mar Negro. Una condición previa para cualquier asalto a tierra desde el mar que trate de expulsar a los invasores rusos del territorio ucraniano, incluida la península de Crimea. Pero esa eventual participación de la Armada española en la instrucción de la marina de guerra ucraniana, o la entrega de armamento naval, estaría condicionada -admitió el ministro- a que España no perdiera capacidades de su propia Defensa.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó a su contraparte que los primeros seis Leopard 2A-4 estarán en el campo de batalla ucraniano antes de acabar el mes de abril. Asimismo, garantizó a Rénikov que España no cejaría en su apoyo con armamento al esfuerzo bélico de Ucrania para expulsar las fuerzas invasoras de Putin, "el tiempo que fuera necesario".
A preguntas de la prensa, Robles y su homólogo Réznikov tacharon de falaces las informaciones sobre la existencia de tropas bajo bandera de la OTAN que estarían operando en territorio ucraniano. Aunque la OTAN también lo niega, la BBC se ha hecho eco de la filtración de documentos del Pentágono que indicarían la presencia en Ucrania de fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Países Bajos y Letonia.
18 horas, entre el jueves santo y el viernes de pasión, permanecieron refugiados, en una veintena de búnqueres subterráneos, 400 de los 660 cascos azules que España despliega en el Líbano. El general Melchor Marín jefe de la Brigada Multinacional Este de la ONU-FINUL ha explicado a la ministra Robles, por videoconferencia, que sus fuerzas -unos tres mil hombres y mujeres de seis países- no estuvieron entre los objetivos del ataque de represalia quirúrgico israelí contra las facciones palestinas que habían lanzado una treintena de cohetes katiusha desde el sur del Líbano. Tres de esas posiciones se encontraban cerca, a unos tres kilómetros, de la base española "Miguel de Cervantes", en Marjayún.