El nuevo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha marcado hoy como prioridad trabajar por "la gente que más lo necesita", sin "discriminar a nadie", y ha expresado su intención de que la región "tenga en su futuro la dignidad que ha tenido en su pasado". García-Page se ha pronunciado así en su discurso tras tomar posesión como presidente de la Junta en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede del Gobierno regional, en un acto al que han acudido, entre otros, el líder del PSOE, Pedro Sánchez; el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y los expresidentes autonómicos María Dolores de Cospedal, José Bono y José María Barreda. En concreto, ha señalado que se marca para su Gobierno tres retos que ha dicho que son "fundamentales" en una sociedad moderna, el primero dirigido a reducir las desigualdades; el segundo, a "trabajar por la sostenibilidad del entorno", y el tercero, a apostar por la cultura "en mayúsculas" y, con ello, por la formación y la educación. García-Page, alcalde de Toledo durante las dos últimas legislaturas, ha recordado su labor al frente del Consistorio toledano y se ha comprometido a trabajar para Castilla-La Mancha con "el mismo esfuerzo y sinvivir". También ha resaltado la importancia "de que puedan tomar la palabra los ciudadanos", al igual que ha ocurrido en su acto de posesión, que ha comenzado con las intervenciones de cuatro ciudadanos de la región: un trabajador autónomo, una joven que ha tenido que emigrar fuera de Castilla-La Mancha al no encontrar oportunidades de trabajo en la región y dos castellanomanchegos del colectivo de la discapacidad. 04/07/15