La violencia de género un problema, una lacra, que, pese a los esfuerzos para luchar contra ella, el número de casos no disminuye, o no lo hace en la medida que se desea. En las últimas horas dos mujeres han muerto a manos de sus parejas o ex parejas. Las víctimas tenían 42 y 21 años. Una violencia machista, se constata, que afecta a edades cada vez más tempranas. La Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres analiza esta mañana el impacto de la violencia de género en la infancia y adolescencia.
Susana Martínez, presidenta de esta Comisión
Esta jornada tiene como objetivo hacer visible ante la sociedad y las instituciones las repercusiones que la violencia de género tiene en la infancia y la adolescencia que pueden condicionar el posterior desarrollo de su vida. Pueden aparecer, dice, conductas de bloqueo, aislamiento e incluso de imitación de los roles de sus familiares. Si han sufrido agresiones físicas o sexuales sus secuelas son muy difíciles de eliminar.
Sigue existiendo unos sectores conservadores que pretenden que las cosas no cambien y responden de forma violenta ante los logros de la lucha contra esa violencia. Nos intentan parar con este mensaje de terror que se manifiesta por parte del asesinato de mujeres y niñas que resulta abrumador. El problema con los menores es que ellos no pueden denunciar legalmente es su representante legal y el ministerio fiscal quien puede ejercitar acciones en nombre del menor. Queremos que se reconozca que se están viendo afectados y que se denuncie por ellos y se establezcan medidas de protección jurídica.
Según la fundación ANAR casi un 60% de las llamadas que recibieron el año pasado, correspondían a menores de 17 años. Pero lo que más asusta es que otro 12% de las llamadas eran de niñas de 13 y 14 años.
Pilar Menchón, psicóloga experta en violencia de género y maltrato infantil.
Los menores que son agredidos o espectadores de lo que ocurre en su casa tienden a relacionarse con los demás de la misma manera violenta por lo que pueden acabar siendo violentos también. Tenemos que vigilar a los niños para detectar posibles cambios en su conducta. La familia en estos casos tiene que pedir ayuda para saber qué es lo que quiere y lo que no quiere el menor y aprender a tener una relación sana en pareja eliminando estereotipos que todavía existen. Otro de los puntales para eliminar la violencia es la igualdad.
Los menores, además, se convierten en algunos casos, en víctimas de la propia violencia que su padre ejerce contra su madre. Un hecho que ha recogido en el siguiente informe Marta Gómez (13/06/13).