Un apostador profesional, que pidió no revelar su nombre, habló para Radiogaceta de los Deportes (RNE) sobre el escándalo de amaños de partidos de tenis, para explicar cómo se producen. Asegura que las apuestas pueden llegar a ser de hasta 30.000 euros, aunque los apostadores ilegales pueden llegar a ganar "cientos de miles de euros, incluso dos millones, en partidos de Grand Slam.
"Hoy en día no creo que un tenista del top 20 se preste", añade. La forma de contactar con el tenista, afirma, es a través del entrenador o su entorno, "nunca con el jugador directamente, no sabe de quién viene la oferta normalmente".
La fuente critica que la ATP haya actuado contra los 'courtsiders', los apostadores que se sientan en las gradas: "Ellos no tienen nada que ver con la compraventa de jugadores, solo sacan la ventaja de ver la acción en directo".
En cuanto a la compra de partidos, "no hace falta que pierdas el partido para ganar en las apuestas, basta con que pierdas el set". En el partido bajo sospecha entre el ruso Davydenko y Vasallo Argüello, "había varios que querían sacar tajada. Se dio la ridícula situación de que el cuarto del mundo estaba set arriba y el otro era favorito 1 a 20. Estaba claro que los dos habían hecho trampa".
"Los apostadores profesionales sabemos en cinco segundos si hay algo raro en un partido", explica. En su gremio, según indica, "solo el 0,71% de los apostadores gana más de 20.000 dólares al año y solo el 5% obtiene algún beneficio. El resto pierden dinero".
Aunque no ha querido dar su nombre, defiende el papel de los apostadores profesionales: "Es nuestro dinero el que se están llevando los tramposos. El que pierde es el tenis". "Hemos ofrecido nuestra colaboración a la ATP pero ellos se dedican a perseguir a los 'courtsiders'", añade.