El amianto, o asbesto, es un mineral que fue muy valorado en la construcción: se podía triturar con facilidad y mezclado con cemento dio origen a un material milagroso para la época: el fibrocemento, con el que se hacían las famosas placas de uralita. Pero este “producto milagro” traía consigo peligros para la salud de los trabajadores.
El amianto se prohibió en España en 2002 pero las consecuencias de la exposición al asbesto despiertan ahora. El período de latencia, dado que los síntomas tardan entre 20 y 40 años en manifestarse, ha retrasado hasta ahora las consecuencias de su exposición.
En 1977, la Organización Mundial de la Salud declara que el asbesto es cancerígeno. Según un estudio de la Unión Europea, de aquí a 2030, medio millón de personas morirán en Europa de cáncer por la exposición al amianto.