En los últimos 3 cursos, el número de casos de acoso escolar atendidos en Catalunya ha aumentado un 200%. Concretamente, desde que entró en funcionamiento la Unidad de Atención al Alumnado en Situación de Violencia, la USAV, hace tres cursos y medio, se han registrado algo más de 2.200. La consellera d'Educació, Esther Niubó, atribuye el aumento sostenido de los casos no necesariamente a un incremento de la violencia en los centros, sino a una mayor sensibilización sobre el problema.
Con este objetivo, este curso se ha lanzado una campaña de comunicación con el título "BUSCA LAS SEÑALES, DETÉN EL ACOSO", y se ha estrenado una nueva página web con informació y recursos para centros, familias y alumnos. La web, assetjamentescolar.gencat.cat, incluye ejemplos de señales que pueden indicar cuándo un niño o niña está sufriendo acoso. En el caso de Ari, no hubo violencia física ni verbal sino que el acoso fue más sutil.
Es lo que la Coordinadora de coeducación, convivencia i bienestar de l’Institut Alt Foix, Patrícia de Andrés, llama microviolencias. Alerta de que en los últimos años están alarmados por la creciente normalización de la violencia en las aulas: Ari acabó con depresión, ansiedad y un trastorno alimentario y tanta inseguridad que pensaba que el problema lo tenía ella.
Lidia Casanovas, educadora y facilitadora de la Cooperativa Fil a l'Agulla, colabora desde hace dos años con el Departament para prevenir el acoso, a través de la Unidad de Apoyo al Alumnado en Situación de Violencia. En su opinión, algunas de las claves son la formación a los docentes en este ámbito, así como la implicación de las familias desde casa, para parar de raíz las dinámicas que a menudo preceden al acoso.
Por eso, Ari lanza un mensaje a los adultos, que tengan los ojos bien abiertos. Y otro, a los chicos y chicas que sufren acoso: